Me sentí que estaba en San Telmo comiendo en un restaurant, no comiendo en Caracas en uno "argentino". Probé 7 platos diferentes y todos me gustaron mucho, una verdadera sorpresa cuando uno está acostumbrado a criticar. El servicio espectacular, eso sí de manos de Isaac - no me alcanzó el efectivo para darle la propina que se merecía. El lugar es nuevo y agradablemente sin humo. Tiene una puerta de seguridad siempre trancada, apropiado en estos días.
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