Es un restaurante que no defrauda cuando se trata de comer en Galipán. Además, no es ruidoso como el resto de los demás locales. Es un restaurante anexado a una casa y en algunas ocasiones es atendido por sus dueños. Recomiendo la parrilla para dos personas, aunque pueden preparla mucho más grande si se les pide. Esta parilla viene acompañada de ccochino, morcilla, cachapitas pequeñas, papas versión snacks y chorizo. Pida un pico de gallo y picante, si desea, para acompañar la parrilla porque estos no tienen pérdida. Las chistorras son geniales para pedirlas como entrada al igual que la ración de papitas fritas. La jarra de sangría la recomiendo al igual que la copa de vino (vino galipanero), aunque estas dos últimas cosas no están en el menú. En cuanto a las sopas, vale la pena probar el cruzado (pollo y costilla). A veces no tienen todo tipo de cerveza disponible (en la mayoría de las veces tienen Ice). El mejor mojito de coco que he probado lo hacen acá (pídelo azul y con ralladura de coco, ¡tal cual!). La cachapa con queso guayanés y pernil merecen mención especial, al igual que los panes preparados con cochino. En cuanto a los precios: he de decir que las entradas y las raciones para picar sí son caras pero resto todo está acorde con la calidad de los platos, además, hay 2x1 en mojitos, de hecho son uno de los pocos locales que venden mojitos. En cuanto al servicio: a veces tardan un poco en servir.