Realmente una mala experiencia, muy mala la comida, un “Cordero” que parecía comida de gato regurgitada, un Lomo de Cochino el parecia un chicharron ya que estaba completamente seco, el peor Lomito Wellington que te puedes imaginar en tu vida. Musica en vivo, con muy alto volumen y cantantes cero talentosos. El servicio, aunque la encargada de atendernos hacía su trabajo muy bien, luego nos intento cobrar “menus” de degustación, los cuales no habíamos ordenado. Lamentablemente recomiendo a las personas no asistir a este restaurant, lo único “bueno” que comimos fue una ración de tequeños.