Soy fan de los puestos de perro caliente, tienen un no sé qué - qué se yo que los hace únicos y ayudan a la cultura popular de una ciudad. Rulo, es una opción cuando no sabes qué comer y quieres algo sencillo. Sin embargo, ofrece perros calientes tradicionales, para aquellos paladares que no estén acostumbrados a balas frías estrambóticas. El lugar no es el más agradable, puesto que a veces llegan niños de la calle a pedir.