El ambiente te hace sentir como si te encontrarás en otro sitio, el restaurante tiene una decoración bastante particular y bonita que hacen una noche acogedora y romántica, pedimos una degustación de fondue que trae lomito, 4 tipos de salsas (fuera de las típicas) pan, papa y salchicha alemana, todo excelente acompañado de un divino vino. La atención fue muy buena, siempre estuvieron atentos, y había un señor tocando armónica que hacían el momento más especial, lo que nos llamó la atención es que eramos los únicos, los precios de la carta no estaban actualizados y si son elevados; sin embargo vale la pena conocer este lugar.