El pescado del día era pargo o roncador frito. Estaba muy fresco y por dentro jugoso. La porción de pescado es abundante. Se acompaña con ensalada mixta (lechuga, pepino, aguacate y cebolla) aunque nada abundante, y dos tostones fritos. Los tostones son delgaditos por lo que se mantienen crujientes. La cerveza y refrescos deberían servirlos bien helados porque se calientan muy rápido al llegar a la mesa. Precios altos pero el pescado fresco lo vale. Atención amable. Este lugar lo visitaba con frecuencia en los años 70 y físicamente ha cambiado poco aunque la excelente calidad de la comida de aquella época no tiene comparación con la de ahora. Lo recomiendo para comer un buen pescado frito.
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