Es un restaurante / fuente de soda de toda la vida, muy agradable, la comida es buena, la empanadas para desayunar alucinantes, sobretodo la de queso, salchicha y pepitonas, pero se agotan temprano, a tomar en cuenta. La atencion amable y rapida y la cerveza fría. Vale la pena! Estacionas en la calle pero hay bien cuidados