Mitad bodegón, mitad restaurante con unas 6 mesas. La atención es dedicada, claro que el tamaño del local ayuda. La calidad de la comida es innegable. Hay detalles que la dejan un poco mal parada, como el término un poco pasado del lomito, o que el pollo a la broaster sean solo pedazos de pechuga empanizadas tipo milanesa. Los acompañantes no son nada abundantes. Vale la pena cerrar con un café
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Lo mejor de todos los mundos, en Olivo podrás desayunar, hacer brunch, almuerzo o cena, reúne todas las exquisitas opciones para satisfacer a cualquier comensal, un lugar fresco y moderno, donde se unen, una gastronomía sencilla pero muy completa y deliciosa con un mágico bodegón de excelentes opciones de vinos, licores y delicateses, atendido por su dueño, velando por cada detalle que hace la experiencia más amena y acertada, en esta oportunidad disfrutamos de un divertido desayuno, con platos generosos y muy bien presentados, con un menú bien estructurado y precios solidarios, que hacen de este restaurante una fabulosa opción. Sin duda lo recomiendo y pronto volveré para almorzar o cenar.
Es una buena alternativa para el cafecito de la tarde, buenos dulces, poca variedad pero realmente buenos, articulos importados, hay que preparar el bolsillo por que es caro, peeeeero vale la pena. Deben mejorar el estacionamiento, a veces es tedioso y colapsa...
Muy al estilo del Rey David... Precios un poco elevados, el estacionamiento es problematico, poca variedad en comida snack, no es malo pero deben mejorar...
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