En un agradable clima de montaña y alejado de la ciudad se ubica este restaurant de ambiente rústico, en una terraza de un primer piso dedicada solo a las hamburguesas, de muy buen sabor, la sazón de la carne es adecuada, en un pan entre tostado y suave, y lo que llama la atención, panes de colores totalmente artesanales, sus colores no afectan para nada su sabor, lo único que les sugeriría, ya que manejan lo artesanal en sus panes sería la presencia de más salsas caseras (por ejemplo de ajo, tocineta, maíz, etc.) Pueden explotar ese rubro que tanto atrae y no únicamente las básicas (mayonesa, salsa de tomate, mostaza, BBQ, las cuales agradecemos que hayan sido las originales) y algo más de papas en los platos, de resto su sabor y calidad indiscutibles. El lugar cuenta con buen estacionamiento y alrededor tiene más locales dedicados a artesanías y otros platos, la atención de la señora excelente, diciendo los ingredientes no disponible al momento como debe ser y explicando los colores de los panes. Probé la Guaco, pan rojo, con cebollas caramelizadas, tocineta y cheddar, exquisita y bien equilibrada sus ingredientes (aunque originalmente trae champiñones, pero al momento no había y la sustituyeron por tocineta). Tienen un jugo de Durazno bien bueno, y sus precios accesibles. Sin duda alguna volveríamos.
Comida
4.0/5
Servicio
4.0/5
Ambiente
4.0/5
Votos
1
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