Antes de ordenar por la carta hay que consultar disponibilidad. El tiempo de servicio es regular en las entradas y largo en la marcha del principal. El precio de referencia se corresponde con 2 entradas compartidas entre 4 un plato de pasta para cada uno y las bebidas solo agua sparkling y un par de limonadas. Lo más importante, lo que nos motivó a regresar, no había

De entrada, interesante propuesta en su carta. Un menú de fusión con based venezolanas que me hacen recordar la propuesta del Chef Edgar Leal; una especie de bistro latinoamericano. Sin embargo las expectativas se quiebran por el tiempo de servicio (más de 45 minutos para servir el principal) y la temperatura de los platos recién servidos (frios) e inclusive algunos problemas de cocción (pasta dura) y en los platos se extrañan algunos sabores prometidos en la carta (lomito al carbón sin aromas ni sabores ahumados) . Excelente vista pero muy ruidosa. Decoración algo recargada pero que va en línea con un ambiente que sentí similar al de Lola.