La comida es buena. El lugar es bonito, sin embargo, tienen lujo y las mesas no tienen manteles ni colocan servilletas de tela, para el precio que cobran esos detalles deberían tenerlos. Es caro pues en otros lugares similares de la misma zona, se come igual y más o menos a la mitad del precio. Los mesoneros son bastante escandalosos y no cuidan el servicio. Hay que tener cuidado con ellos, pues buscan colocarte el plato más caro de ser posible. El día que fuí pedí pan y no tenían. Además, te cobran el 10% y no lo incluyen en la factura y lo peor es que los mesoneros me pidieron que de dejarles propina, la escondieran debajo de la servilleta o de un plato, pues de lo contrario la tendrían que repartir entre 20. La verdad eso resultó ser de muy mal gusto. No volveré.