Recuerdo que la primera vez que fui un pollo costaba 15 Bs, ya hace mucho tiempo. En retrospectiva, el local ha desmejorado. Es una taguara, siempre lo ha sido. Si te gusta el ambiente propio de una taguara, el local te va a agradar. El humo a veces es incómodo porque uno siente que se va a asfixiar. La atención es pésima, la verdad. Los mesoneros tardan para que te atiendan y además tienes que estar detrás de ellos para que te den la cuenta (!). Eso sí, el pollo, la guasacaca, el picante y las hallaquitas son únicas. Puedes pedir una parrilla y cocinar la carne a tu gusto porque te ponen una parrillera pequeña a tu lado. La cerveza es barata. De nuevo, si lo tuyo son las taguaras, no tendrás problemas. El lugar no es nada ostentoso ni excéntrico. De un tiempo para acá han subido sus precios increíblemente y creo que hay mejores opciones (no polleras) en La Candelaria.