Decepcionante. Solía ir un par de veces al mes porque lo consideraba la mejor opción de La Candelaria, hace unos años atrás, y tenía una buena relación calidad-precio. La última vez que fui, hace una semana, no tenían disponible ni carne se lomito, ni punta trasera. Me decepcioné muchísimo al ver que de pan con ajo sirven pan de Sándwich. El Montana Grill que conocí jamás hubiese servido algo así. Los frappés son una delicia (al menos), en especial el de limón. Las pizzas son hechas a leña y valen aún la pena (la marinera la recomiendo). La sopa de cebolla es buena al igual que la de mariscos. La ensalada César perdió su encanto: no tienen ni maíz para echarle como solían hacer antes. Los tragos han desmejorado muchísimo. La sambuca aterra como la sirven: en un vaso como si fuese un whisky y ni presentación tiene, los granos de café y el fuego como que también les escasea. La paella la sirven algo fría y los camarones brillan por su ausencia. No creo volver.