El sábado 06 enero 2018 fui a almorzar con mi esposo. Después de ver la carta y decidir lo que íbamos a comer, el mesero nos sugirió unos platos del día que NO estaban en el menú y que, por lo apetitoso de su descripción ordenamos. La sorpresa fué, qué al pedir la cuenta, la misma ascendía a Bsf. 899.000, es decir, qué los platos sugeridos costaban Bsf. 350.000 y 400.000, aproximadamente, mucho más del promedio de precios que SÍ estaban reflejados en la carta. Nos estafaron de la forma más sutil