Comenzando la experiencia con un cómodo estacionamiento se ingresa al local, que tiene un ambiente único, cómodo y familiar, variedad en dulces y salados, la atención fue maravillosa, recomiendo el cheesecake, los canolis de chocolate, la empanada gallega y los sandwichs, así como los cafés en los que se aprecia el empeño de los baristas, baños limpios y una hermosa terraza para pasar momentos agradables, los precios un poco elevados pero la comida fue de calidad