Ya no son las mismas hamburguesas ni tienen la misma calidad de servicio de antes. Se tardan demasiado en despachar las ordenes a pesar de la poca afluencia de personas, quitaron el self-service de salsa de tomate y han aumentado los precios mientras la hamburguesa ha perdido calidad. No siempre tienen todas las opciones en el menú, por ejemplo nunca hay extra de pollo empanizado.