La comida es perfecta. El asado negro es del otro mundo, si lo va a pedir, es obligatorio pedir al menos una entrada. Linda ambientación, aunque afuera es algo ruidoso al mediodía. Pero si la comida es perfecta, el servicio es seis estrellas. Muy pero muy amables, se nota y se aprecia la calidez merideña. La relación precio-valor está también muy bien.