La comida es costosa y bastante común. Se pueden conseguir pizzas similares y más económicas en otras zonas de Caracas. (Bello Monte y El Paraíso por ejemplo). El ambiente es muy ruidoso y demasiado concurrido, al punto en que se hace incómodo levantarse para ir al baño o pagar. Hay poco personal para la cantidad de clientes que van. Tardaron más de 40 minutos en traernos una pizza y no nos traían bebidas con regularidad. Al pagar tardaron 20 minutos en traernos la cuenta para luego pasar otros 30 minutos de cola en caja. Necesitan más puntos de venta y cajas. La música no me parece muy buena. (Reggaeton y ese día una banda de rock alternativo con sonido genérico de Caracas) Las maquinitas de la entrada son cool, pero jamás entendí como se pedía usarlas y es mala idea ubicarlas en el pasillo. El estacionamiento es un desastre.