La nueva remodelación del local está muy bonita, fuimos a desayunar un domingo y había flauta en vivo. Un punto en contra es la distribución de mesas, que a pesar de la reciente extensión del espacio, hay demasiadas mesas, lo cuál hace que estés muy pegado a otros comensales y sea difícil caminar a las camareras, además de que se concentra mucho la “bulla” por la misma razón y hace que no se pueda hablar y oír con claridad. Pedimos un frappe de mandarina, un jugo de naranja natural, una arepa con reina pepiada y queso amarillo, una cachapa con queso y jamón, y dos empanadas= $20. La cachapa estaba normal, pero la arepa si estaba buena.

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