Un lugar emblemático tiene más de 40 años aunque a pasado por diferentes administraciones. Es un bar sencillo para tomar cervezas nacionales así como algunos cócteles a base de ron. Se puede estacionar en la calle, es bastante tranquila. Los fines de semana se activa más el lugar, hay música en vivo.

Un lugar para compartir en familia o con amigos. Se puede estacionar y hay un parqueo que cuida los carros. Las pizzas son muy buenas, su masa, ingredientes y la textura. Puedes disfrutar de una pizza familiar bastante grande o bien por porciones. Se puede combinar la pizza mitad y mitad. El ambiente es limpio, ordenado y acogedor. El personal muy amable y atentos. Aceptan divisas

El lugar es como lo pintan, excelente comida, grandes porciones y hay que esperar un poco para sentarse, pues si se hace cola. La atención es buena, los camareros muy atentos y serviciales. La comida es exquisita, desde el 1er plato hasta el postre. Cuenta con una barra muy interesante llena de licores varios. Si quieres ir almorzar trata de llegar antes de las 12 pues ya a las 12:40 el lugar está al topé. Super recomendado la empanada gallega y las croquetas de mero. De postre un tres leche con coco que derrite a cualquier exigente paladar.

Un lugar que no deja mal para almorzar el tipo pollo a la brasa con yuca y ensalada o tomar unas cervezas por la tarde noche. De postre siempre tienen marquesas de chocolate muy buena. También cuentan con sopas los fines de semanas son porciones generosas. Y si la idea es comida para llevar tienen 4 combos de pollo a la brasa.

Un lugar delicioso para una tarde de postre y café, unas birras o algún sándwich para remediar el almuerzo. En sandwich viene con chips de papa y ensalada mixta, hoy probé el de pernil por mero antojo estuvo delicioso. En cuanto al postre un fondant de chocolate y una crepé sucette muy buena combinación. El servicio esto normal, sin nada especial en realidad. El ambiente de afuera bastante bueno adentró si está algo oscuro u caluroso.

Mi lugar preferido en Caracas. Desde sus trabajadores hasta la selección de la música es brutal (según mi gusto) Excelente reforma, ya cuentan con un segundo piso y aire en todo el local. Hoy domingo vine por un sándwich y un café. Cómo simple son muy buenos y no escatiman en el relleno, hoy lo pedí de pernil, tienen sabores variados, lo único es que en esta oportunidad es más pequeño el pan. En cuanto a sus cafés los mejores el Adriana es mi preferido, tiene un toque de chocolate y canela. Sin dudarlo aquí los golfeados son la referencia.

Es espacio para compartir. Hoy domingo están abiertos creo que es nuevo el horario. El servicio es aceptable. Los postres en mi caso una tartaleta de limón estaba excelente, super fresca, el merengue casi recién hecho y la crema divina con su dulce cítrico a limón. Lo acompañe con un café negro sin azúcar, estaba muy bueno el cual viene acompañado de una galletita de mantequilla de rico sabor y agradable textura. Creo que lo que le resta al lugar es lo inseguro que es tienen dos entradas donde entre constantemente personas a pedir. Creo que sí tranca una de estas entradas o bien ponen un vigilante da un poquito de seguridad.

Por la zona no tiene competencia! Es el rey de la panadería, el pan gallego o sobado es espectacular siempre recién hecho. Los golfeados son muy muy buenos lo que no me convence es el entra de queso es más un guayanés que un queso telita, y ese acidito no me agrada, siento que le resta sabor al golfeado. Los cafés son bastante buenos y las pizzas son la especialidad de la casa. Lo que no me agradó hasta el momento son los hot dog... Le daré a otra oportunidad en algún momento. En cuanto costó calidad creo que van de la mano. Ah los cachitos para desayunar o merendar valen la pena, son super resueltos y tienen muuuchisimo relleno, el secreto es que tienen un toque de queso. El servicio es bueno aunque podría ser mejor.

Un lugar antiguo sin duda. Una decoración llena de detalles. Las pizzas soy muy buenas picadas en cuadritos le da un toque diferente. Son de masa fina y crujiente. Las birras frías frías como la cola de una foca. Y la atención fue maravillosa una gente muy amable y gentil. Un lugar ideal para almorzar me comenta el dueño que hacen pastas variadas y hechas en casa, ir con unos amigos a tomarse unas cervezas o compartir en familia.

Un lugar 'particular' lleno de detalles antigüos que en su momento hizo que reviviera mi infancia. Un espacio de pocas mesas y sillas con un par de sofás divinos para conversar tomando café y merendando con una rica torta. El café es muy bueno pero las tortas son de ensueño, desde el biscocho por un toque a limón divino hasta una torta de chocolate con crema de maní espectacular. Un detalle que quiero creer que es la época de moscas y no que el lugar está minado de estos animalitos.