La primera vez que fui a este sitio con unos amigos me gustó muchísimo la comida y la atención fue aceptable. Decidí entonces volver, esta vez por una ocasión con mi novio y me llevé una gran decepción. Para empezar el recibimiento y la atención fue malísima. Casi debíamos rogar al mesonero para ser atendidos. Cuando comenzó a bajar el sol y a pegar directamente en nuestra mesa le preguntamos al mesonero si podía cerrar las persianas y nos indicó que lo hicieramos nosotros mismos. Solo habían dos opciones de jugos naturales. Luego de esto pedimos una entrada y un plato principal cada uno. No había la entrada que pedimos y el mesonero nos recomendó unos mariscos gratinados. De principal mi novio pidió el asado negro y yo el Pastel de Chucho. La entrada tardó SIGLOS en llegar y resultó que estaba solo, ok... Aceptable. Normal. Los principales no tardaron tanto pero realmente ninguno estaba tan bueno. El asado tenía demasiado papelón, tanto que mi novio terminó empalagado. Pero lo peor fue mi Pastel de Chucho. El pescado estaba demasiado seco, lo que predominaba era la capa de huevo, invadiendo todo el plato con su sabor, y apenas tenía 3 rebanaditas pequeñas de plátano, cuando éste es uno de los protagonistas de este plato. En algún punto escuchamos a otro mesonero distinto al que nos atendió decirle a una mesa vecina que acababa de llegar otras recomendaciones fuera del menú que nuestro mesonero nunca nos mencionó en un principio. Luego de tomar mi jugo quise terminar con una copa de vino la cual tuvimos que pedir más de una vez a nuestro despistado anfitrión. Ibamos con la idea de comernos un postre pero no nos quedaron ganas de ordenar más nada y simplemente nos fuimos a buscar nuestro postre en otro lugar. Definitivamente DECEPCIONANTE!!