Ambiente ruidoso y con mucho humo gracias al uso extendido de narguile (nada apropiado a la hora de comer), servicio descuidado y comida mediocre logran una mezcla que no estimula a visitarlo nuevamente, a pesar de su privilegiada ubicación.
Los precios han subido mucho y sus oferta gastronómica ha bajado algo su calidad (a pesar de nunca haber sido sobresaliente), manteniendo una adecuada atención. Continúa siendo un opción interesante en la zona.
Ambiente cuidado y pastelería bastante bien ejecutada atraen un abundante público que al parecer no manejan bien, desmejorando mucho el servicio. De las mejores opciones en la ciudad. Merece una (o varias) visitas (fuera del horario de merienda).
Tradicional restaurante que mantiene intactos tanto su ambiente como la calidad de su cocina, a pesar de la merma en el número de comensales. Carnes y acompañantes típicos de la parrilla "criolla". Servicio esmerado y porciones generosas. Punto negativo: los postres. En mi opinión merecen una revisión. Vale la pena visitarlos.
Buen ambiente y buenos productos con un servicio atento pero sin excesos. Menú sencillo y apetitoso, bien ejecutado y presentado. Buena y rica variedad de postres, destacando la Torta de Coco. Vale la pena visitarlo. Trate de ir pasadas las 8pm si gusta de comer, beber y escuchar buena música. Reserve con tiempo pues suele estar muy lleno a partir de esa hora.
Todo un clásico que ya no representa lo que fue en épocas pasadas. Servicio irregular y muy desinteresado, menú con ausencia en cortes tradicionales y con comandas incompletas en un salón con muy poca ocupación para el día y hora de la visita. Quiero pensar que fue mala suerte y mejore a futuro.
Fórmula típica, ambiente ruidoso y el acostumbrado menú de carnes a la parrilla. No decepciona y siempre satisface. Me inclino por las mesas en el patio.
Comida rica, honesta y sencilla en un ambiente relajado y grato. Tanto su oferta de "bocadillos" sabatinos, como su menú semanal valen la visita. Nueva visita luego de un tiempo sin ir y me atrevo a decir que ha mejorado con el tiempo.
Nueva visita luego de algunas semana y nuevos platos en el menú. Una muy buena experiencia, incluso mejor que en previas oportunidades, incluido un muy esmerado servicio de parte del personal en sala. Los "nuevos" platos están muy bien, siguiendo el estilo propio del restaurant. Vale la pena la experiencia. Una de ls mejores propuestas gastronómicas de la capital, sin lugar a dudas.
Ambiente agradable y bien montado, carta de cócteles novedosa y variada, menú con platos criollos. Cocina rica pero con errores en sazón, ejecución y montaje. Algunos platos llegaron sin los acompañamientos indicados en el menú. Atención errática y descuidada. No hubo oferta de vino, aunque ostenta una variada y atractiva carta. Apuesto a que logre corregir algunos detalles y mejore con el tiempo.
Babel
Ambiente ruidoso y con mucho humo gracias al uso extendido de narguile (nada apropiado a la hora de comer), servicio descuidado y comida mediocre logran una mezcla que no estimula a visitarlo nuevamente, a pesar de su privilegiada ubicación.
Gourmet 54
Los precios han subido mucho y sus oferta gastronómica ha bajado algo su calidad (a pesar de nunca haber sido sobresaliente), manteniendo una adecuada atención. Continúa siendo un opción interesante en la zona.
Madame Blac
Ambiente cuidado y pastelería bastante bien ejecutada atraen un abundante público que al parecer no manejan bien, desmejorando mucho el servicio. De las mejores opciones en la ciudad. Merece una (o varias) visitas (fuera del horario de merienda).
La Estancia
Tradicional restaurante que mantiene intactos tanto su ambiente como la calidad de su cocina, a pesar de la merma en el número de comensales. Carnes y acompañantes típicos de la parrilla "criolla". Servicio esmerado y porciones generosas. Punto negativo: los postres. En mi opinión merecen una revisión. Vale la pena visitarlos.
Gourmet 54
Buen ambiente y buenos productos con un servicio atento pero sin excesos. Menú sencillo y apetitoso, bien ejecutado y presentado. Buena y rica variedad de postres, destacando la Torta de Coco. Vale la pena visitarlo. Trate de ir pasadas las 8pm si gusta de comer, beber y escuchar buena música. Reserve con tiempo pues suele estar muy lleno a partir de esa hora.
El Tinajero de Los Helechos
Todo un clásico que ya no representa lo que fue en épocas pasadas. Servicio irregular y muy desinteresado, menú con ausencia en cortes tradicionales y con comandas incompletas en un salón con muy poca ocupación para el día y hora de la visita. Quiero pensar que fue mala suerte y mejore a futuro.
Maute Grill
Fórmula típica, ambiente ruidoso y el acostumbrado menú de carnes a la parrilla. No decepciona y siempre satisface. Me inclino por las mesas en el patio.
Guardaviñas
Comida rica, honesta y sencilla en un ambiente relajado y grato. Tanto su oferta de "bocadillos" sabatinos, como su menú semanal valen la visita. Nueva visita luego de un tiempo sin ir y me atrevo a decir que ha mejorado con el tiempo.
Malva
Nueva visita luego de algunas semana y nuevos platos en el menú. Una muy buena experiencia, incluso mejor que en previas oportunidades, incluido un muy esmerado servicio de parte del personal en sala. Los "nuevos" platos están muy bien, siguiendo el estilo propio del restaurant. Vale la pena la experiencia. Una de ls mejores propuestas gastronómicas de la capital, sin lugar a dudas.
Moreno
Ambiente agradable y bien montado, carta de cócteles novedosa y variada, menú con platos criollos. Cocina rica pero con errores en sazón, ejecución y montaje. Algunos platos llegaron sin los acompañamientos indicados en el menú. Atención errática y descuidada. No hubo oferta de vino, aunque ostenta una variada y atractiva carta. Apuesto a que logre corregir algunos detalles y mejore con el tiempo.