Local modesto, pequeño y con pocas mesas internas, estacionamiento pequeño y la atención del personal femenino es lamentable: odiosas, desatentas y con actitud repelente hacia el público. Ha bajado demasiado la relación calidad-precio y es cara en comparación a pastelerías en Sabana Grande, hace años que no compraba ahí hasta el sábado pasado por quedarme sin opciones y perdí mi dinero en una torta de fresa con chocolate vieja casi cortada, la crema estaba dura y las fresas del bizcocho ácidas con todo y rebaja porque originalmente eran casi 25$, la compré en 20$ y no valía ni 10. EL punto de venta está de adorno.