Un clásico de la ciudad, un icono de las noches Caraqueñas, cuando lo visité no había lugar arriba y nos sentamos abajo, la verdad que sentí la sensación de un bar de los 80s, por lo antiguo de los muebles, creo que lo divertido es solo en la terraza, tragos música, ambiente, etc, apropiado para fiestar, probé la pizza y estaba sabrosa, quiero volver y lograr sentirme arriba para tener la experiencia como debiera ser, quedo pendiente!