Restaurante italiano que estuvo cerrado por muchos años y ha tenido un relanzamiento sorpresivo. Comida de sabor normal, de porciones entre moderadas y reducidas y con precios de moderados a elevados, con un rango de precios entre los 13$ y 30$. Local remodelado, agradable, con aires de formalidad y buena ubicación. La nota disonante: el servicio. Mesonero invasivo, insistente en que consumiéramos más y, al final, meten las manos y retiran platos con brusquedad y rapidez como para sacar a la gente. Mucho por mejorar en este sentido.
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