La verdad es que en este restorán confluyen sentimientos encontrados. Las instalaciones son limpias y bien decoradas, pero unos televisores son los que dominan el ambiente, lo cual -en pleno almuerzo- deterioran la experiencia gastronómica. A pesar del nombre: Carnivino, no tenían los cortes solicitados: lomito, ganso, otros. El servicio fue rápido.