Restaurant de comida Siciliana. El ambiente es muy tranquilo y familiar, con un buen fondo de música suave. La atención excelente. Puedes comer estilo degustación o pedir por plato, a mi me encanto la de tipo degustación; pedimos varias entradas tales como la pizza sisicliana que estaba súper esponjosa, la berenjena gratinada y el calamar a la parrilla... espectacular, luego viene una variedad de pastas a elegir (todas divinas) y luego la proteína que en nuestro caso pedimos el lomito empanizado que estaba divino. Los postres divinos también, la comida tiene un sabor casero que nos gusto mucho, y al final te consienten con un Limoncello bien frío de la casa. En cuanto a variedad de vinos, es limitada, pero te dan la opción del descorche. No tienen valet parking, por lo que tienes que estacionar en la calle, pero tienen a un señor que cuida los carros. Puedes pagar con tarjeta de débito y/o crédito, hace muchos años era que aceptaban solo efectivo