Tenían un buen cocinero que preparaba unos Cartoccios espectaculares, pero un día la comida estuvo fatal. Pregunté al encargado y me dijo que el cocinero se había ido, no se si de vacaciones. Además, cuando fui a pagar, los empleados perdieron mi cédula. Solía ser cliente frecuente, pero a partir de ese día no fui más.