Fui por primera vez y quedé más que bien impresionada. Los dulces son excelentes, los pequeños tiene el tamaño idel para probarlos casi todos. La mini mil hoja una delicia, al igual que los profiteroles. Sólo el mini pie de limón tenía un sabor raro como sabor artificial. Muy pocas mesas para poder disfrutar el dulce en el lugar por lo que hay que esperar se desocupe alguna de las 4 que hay. La amabilidad de todo el personal de la pastelería es única. 100% Recomendado