El ambiente es precioso. La variedad de pizzas es muy buena, y son relativamente económicas para el lugar. En el momento que fui no había muchas bebidas naturales, solo unos tres jugos y el resto eran gaseosas. La variedad de postres es de otro mundo, y las porciones no son malas, pueden compartirse entre 2-3 personas. Recomiendo el café grande para después de la comida fuerte, es delicioso, la taza es grande y te ponen dos galletitas de coco.