Soy asiduo comensal de Barako, desde hace aproximadamente 8 años, y no puedo dejar de comentar la excelencia que sobresalta desde el momento de la llegada y hasta que toca irse, ya uno comienza a extrañarlo, jejejeje, creo que ya he degustado todo su menú unas cuantas veces, pero mis favoritos el carpaccio de lomito, con la sopa de cebolla de entrada, sus exquisitos dedos de mozarella, con la papa rellena, el baby beef inigualable, y para cerrar el souflé de chocolate o volcán como coloquialmente se le conoce, realmente escribiendo esto se me hace agua la boca.