Clasica pastelería de la zona, el ambiente algo oscuro y no funcionaba el aire. Los dulces son frescos pero no habia mucha variedad. Probamos la Cola de Langosta y estaba fresca, crocante por fuera y buen relleno. Los mini selva negra y mini marquesa tambien frescos perro nada de otro mundo, el café fue fatal, un marrón aguado, triste y sin lujuria. La atención es decadente, creen que te hacen un favor al atender... no vuelvo.