el desayuno para compartir pidiendo las cazuelas es lo maximo. También probamos los huevos benedictinos sobre una cama de espárragos insuperables. La atención lo maximo y el ambiente muy relajado y bueno para conversar. si vas por primera vez te recomiendo que vayas en día de semana disfrutarás mucho más sin la presión de saber qué esperan tu mesa. 100 % recomendado
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