En este tiempo de pandemia, donde son realmente pocas las opciones para poder comer una buena pizza, debido al horario y servicio sólo para llevar, este restaurant entró de último en mi lista. El precio está bien, pero es un claro ejemplo de que lo barato sale caro. Fui con mi esposa e hijo y pedimos una Margarita y una Filadelfia, ambas fueron hechas con la masa cruda, la salsa es muy dulce, aunque casi sin sabor a napoli, el queso crema de la peor calidad, ni hablar de los trozos gigantescos de cebolla (y ojo!, amo la cebolla). Buen ambiente para tomar, eso sí. Pero la comida muy bajo perfil.

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