Una experiencia divina. Es de estos sitios que se mantienen fieles, mismo dueño y mejorando siempre. La oferta va desde típicas cachapas hasta platos de quesos, carnes y paella. Todo es rico, se nota el cariño, la inclusión constante de ingredientes frescos (frutas, flores, semillas) y la disposición a cambiar cualquier preparación o complacer antojos siempre está ahí. El lugar es naturalmente hermoso. ¡No te vayas sin probar: pan gratinado, tequeños, pernil y la sopa de cebolla!
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