Venden una amplia selección de dulces, tanto criollos como internacionales. También venden café, chocolate caliente y fresas con crema. El sabor de lo probado hasta ahora apunta a un excepcional concepto. La atención deja mucho que desear, y es muy poco dedicada. Salvo un par de excepciones los profesionales de la barra demandan formación. El local cuenta con cuatro mesas altas de dos puestos. Hay dispuesto a pedir para llevar.