Azú es una experiencia completa de disfrute no sólo en lo gastronómico, sino también en el diseño de interiores y en el manejo de marca. El establecimiento está dividido de varios ambientes, entre los cuales llama la atención una tienda de ropa y souvenirs de la misma marca con un excelente manejo de diseños y colores. Luego, se abre una habitación inmensa en cuyo espacio están dispuestas las mesas con suficiente espacio entre cada una como garantía de bioseguridad, todo esto en un ambiente de intimidad y confort, revestido de acabados modernos de madera, enredaderas y lámparas colgantes del alto techo. El servicio es de primera calidad: disponen de valet parking para todos los comensales, los meseros utilizan comunicación por radio para una atención coordinada. El menú es pequeño en lo referido a platos fuertes, pero cuentan con una gran oferta de postres. En esta visita, mi esposa y yo almorzamos con una Pasta al Filetto con tomates cherry y un Sándwich de Pollo con ensalada rallada y salsa ranch, acompañados por una infusión de flores de Jamaica en almíbar y un batido de fresa. Lamentablemente no pudimos probar los postres porque quedamos muy llenos. ¡Ya continuará!

Atención increíble. Excelente relación precio - calidad - cantidad. Menú variado para todos los gustos a precios accesibles. 100% recomendada la ración de tequeños, la parrilla mixta y la bandeja Solano.

La atención y el servicio destacan por su amabilidad, no obstante, los platos dejaron mucho que desear. Mi esposa pidió un pasticho en cuyo caso la carne no estaba sazonada, tenía escasas cantidades de queso y carecía de salsa Bechamel. Por mi parte, pedí un sándwich de Solomo; lamentablemente la carne tenía mucha grasa y nervios y ante de la falta de tomate y rúgula navegaba en un mar de cebollas caramelizadas, como si se tratase de un postre y no de un plato fuerte. Lo único que valió la pena fue una pequeña entrada de pan pita tostado con tomatina.