Un lugar de pequeñas dimensiones, pero de grandes sabores. Rica comida, excelente atención y un ambiente grato y familiar. Solo no me gustó el estacionamiento, con una arquitectura un tanto incómoda para estacionar una camioneta, pero todo eso se olvida ante un delicioso arroz marinera. Recomendable al 100%

Sótano Siete es un lugar de buena atención,con pizzas comparables al promedio que salen muy rápido. Con el tema de la pandemia el ambiente se ha enfriado un poco, pero sigue siendo un lugar agradable, a pesar de la cantidad de motorizados de deliveries que impiden ingresar cómodamente al local. Seguimos viniendo porque nos gusta su atención y sus pizzas.

La atención es excelente, las pizzas son muy ricas y casi perfectas. Puede ordenar por WhatsApp la pizza de su preferencia y pasarla buscando o se la llevan gratis a su casa. Realmente es un excelente lugar de decoración sencilla, de atención rápida y esmerada, con un menú de opciones apetitosas a precios que cambian cada semana, a pesar de ser en dólares. Vale la pena venir. Yo ya repetí tres veces la visita.

Recientemente cambió de dueños el único bastión italiano en pie de esta zona de La Carlota. Mantienen muchos de los platos que la hicieron famosa, y el local ha sido remodelado y adaptado a los tiempos del COVID-19. Pizzas y pastas todavía mandan en el menú, aunque los precios están un tanto elevados. Vale la pena pedir su pizza Prosciutto e Funghi y tomarse una cerveza fría para acompañarla. Ofrecen algunas promociones en sus redes sociales. Venga en semana flexible. La pasará bien con la familia. Recomendable!

Teníamos algún tiempo sin salir en las tardes, y hoy decidimos ir a la Danubio, cuando al pasar frente a este restaurant, decidimos entrar y probar algo nuevo. La carta no es muy extensa pero sí variada. Hay de todo un poquito. Mi esposa pidió una hamburguesa y yo decidí irme por un panini de vegetables grillados y queso de cabra. Justo y delicioso. La atención es excelente y además cuentan con un bodegón que no es muy grande pero surtido para matar antojos. Los precios son un poco altos (Y en $) y las porciones pequeñas. No pida la suprema de pollo. La comerá mejor en su casa. Venga y pruebe. Algo del menú le sentará bien.

Vinimos un jueves y en la tarde se convirtió en un lounge... Los platos muy buenos: Sopa de cebolla de calidad, un excelente lomito a la pimienta, unas papas fritas que merecen un premio, y unos vegetales a la parrilla que hay que probar. Tal vez por ser jueves y en pleno diciembre, el ambiente era muy ruidoso, pero aun así, agradable. La oferta de postres es limitada. Aceptan descorche y para que se sienta en el extranjero, la carta viene expresada en dólares. Venga alguna vez y pruebe el lomito. No se arrepentirá !!!

Un nuevo vicio ... Las donas son excelentes, memorables. La de parchita es espectacular. Las donas navideñas fuera de serie. Es un lugar amable, simpático, atestado a veces lo que hace querer irse pronto porque se torna ruidoso. En lo particular, venimos a horas de bajo tránsito o compramos las donas y las comemos sentados en la placita. Repetible 100 % !!!

Nina y yo somos fanáticos de este lugar. Venimos con mucha frecuencia, pues nos queda en el camino a casa y podemos tener tiempo para nosotros, sin los niños y la rutina hogareña. Y siempre encontramos algo rico para comer y quedarnos conversando largo rato. Sin embargo, al pagar en divisas, las reciben muy por debajo del promedio y jamás tienen vuelto en billetes de baja denominación... Eso dicen ellos, por lo que terminas gastando un par de dólares más. Los precios han ido aumentando de manera exagerada, pero la calidad es muy buena. Pizzas, pastelería, ensaladas, sandwiches son memorables y el ambiente muy agradable. Volveremos siempre, aunque deseable es que no exageren tanto con los precios. Espanta a la clientela que puede encontrar calidad similar a precios menores en otros lugares. Recomendación de cliente frecuente.

Llegamos de viaje y muy hambrientos una noche lluviosa de sábado. Fuimos a Sette para comer rápido y rico mientras cesaba la lluvia. ¿La verdad? Nos atendieron sin muchas ganas. No hay queja de la comida. La pizza excelente, la cerveza fría, el vino decente. La cara del mesonero, de piedra. La lluvia seguía y decidimos pasar el rato, pedir un postre y otra bebida, y nos dijeron que iban a cerrar. Dejaron la cuenta sobre la mesa y prácticamente nos obligaron a pagar de inmediato. A veces el personal aleja a los clientes aunque la comida sea buena. Tal vez un curso de relaciones públicas y atención al cliente sea recomendable para los amargados que atienden. Igual volveremos. Nina ama sus pizzas.

Ante la recomendación de mi cuñada, Nina insistió en que visitáramos este lugar. Un ambiente muy fancy, hasta romántico si se quiere. Su chef nos atendió personalmente y el personal es amable y simpático. La comida fue buena, pero no es de las mejores que he probado en Caracas, y muchas cosas de la carta no estaban disponibles. Ceviche decente, sopa de cebolla pasable, las costillas excelentes. Las bebidas correctas. Los precios exagerados. Por 150 dólares podría haber comido mejor en otro lugar. Venga por curiosidad pero le advierto que hay lugares mejores y menos costosos.