Volvimos a ir este lugar porque venden unos pastelitos horneados del más allá: asado negro, capresa, vegetales, etc. Desayunamos y todos estaban deliciosos. El café bueno como siempre ☕ punto negativo porque la taza estaba rota y eso deja mucho que desear en la imagen del restaurante. El señor que atiende es muy amable.
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