Pastelería Azú

El ambiente de este lugar es acogedor la comida es bien lograda no se si el precio es muy acorde pero salí satisfecho el personal se esmera aunque pudiese ser algo mejor en global un recomendado total

Sus presentaciones son de otro mundo, cada detalle es una propuesta de innovación, belleza y sabor que provoca disfrutar, sin embargo, afecta un poco el costo de los productos. Hay que destacar su excelente atención, es muy acogedora y genial.

Primero hay que dejar claro que el servicio es excelente y super atento, y que además el sitio es hermoso, la distribución del espacio y la decoración tienen un sentido que hacen que entrar es como estar en otra época. Ahora, los dulces: La variedad de dulces es variada, no grande, pero variada, en esta visita pedimos, La parchita, Tiramisú, y tres macarrones, nos llevaron los dulces a la mesa, con unas cucharas muy bonitas envueltas cada una en una envoltura de plástico como si fueran nuevas compradas de una tienda, imagino que esto tiene sentido porque cada dulce parece un pequeño regalo, y esto ayuda a la sensación de estar abriendo un regalo mientras comes, el tema es que si parte de la filosofía del local es usar y apoyar los productos locales (lo cual implica sustentabilidad y ecología de fondo) desperdiciar esa cantidad de plástico cada vez que se usa una cuchara no parece lo mas sustentable del mundo, especialmente porque después que recogieron la mesa arrugaron los envoltorios junto con las servilletas para botarlos. La Parchita: La pedí porque me la recomendaron en la caja, muy bonita, pero insípida, no había ninguna diferencia de sabor entre los distintos rellenos que tenia, y ningún contraste de texturas, era como comer un pedazo de crema con aroma a parchita, reconstruir una parchita en todos sus elementos tiene que elevar la experiencia de comer una parchita sola, bueno, comer una parchita sola es mucho mejor todavía. Tiramisú: Cualquier persona que haya comido un tiramisú en una casa con un solo familiar italiano, ha comido un mejor tiramisú, no es malo como la parchita, pero si mediocre para el nivel de la pastelería, especialmente un sabor a grasa que tenia Macarrones: Todos los macarrones sabían igual, probar el primero se convirtió en haberlos probado todos Parchita, tiramisú, tres macarrones y un agua con gas 24$ (si revisan los precios de su pagina todo debió haber salido unos 6-8$ mas barato, pero imagino que el costo extra era para pagar el plástico y la copa en donde sirvieron el agua con gas)

Los dulces están muy bien elaborados, visualmente son muy llamativos. Probamos el dulce de parchita, el tiramisú y el croissant de pistacho, todos excelentes! El lugar es muy agradable, muy bien decorado, y el personal súper atento.

Hace unas semanas probé algunos de los postres increíbles que tienen. El concepto de esta pastelería es bastante innovador, la presentación de cada dulce es un espectáculo y ¿el sabor? ¡divino! se puede percibir y disfrutar perfectamente la combinación de texturas y sabores, el lugar es bellísimo (los centro de mesa de orquídeas me encantaron). La atención es muy buena y el ambiente es maravilloso y ahora aún más que remodelaron el local y es gigante. Tienen a la venta además de te, café y comida tipo brunch, chocolates nacionales bien interesantes. Ir para allá es toda una experiencia visual y de sabor, es costoso en comparación a otros lugares pero vale la pena.