He tenido la oportunidad de visitarlo dos veces, el acceso es un poco engorroso ya que se encuentra escondido dentro de un club. Debes anunciarte y estacionar relativamente lejos, donde un autobús te llevará luego al restaurant. Desde que llegas te das cuenta que lo engorroso vale la pena, una terraza espectacular con vista al este de Caracas, bajo una arquitectura propia de la época 50-60 muy bien conservada. La comida es muy buena, el Risotto del Huerto, la Parrilla 0276 y el merengón de fresa están a la altura, no doy las 5 estrellas debido a que en las dos oportunidades la ración de papas fritas estaban enchumbadas de aceite, flojas y nada crujientes, lamentablemente parece que siempre las hacen así. El menú de sushi no siempre está disponible al público. El servicio es bueno siempre y cuando no se llene el local, cuando eso sucede suelen olvidarse de los pedidos. El tiempo de espera es algo alto considerando que se trata de un "bistró". La parte positiva es que permiten que lleves tu bebida alcohólica y tortas en caso de una celebración particular. Preferiblemente visitar de noche y con ropa abrigada!

Primera vez que vengo a este local de Las Mercedes y me sorprendieron varias cosas: 1) Está muy bien ubicado, sin embargo el estacionamiento es bastante incómodo para acceder al local. 2) Me gustó mucho el ambiente, es más pequeño y privado que la sede original. Los pequeños detalles como mantener los baños limpios, con jabón y papel valen mucho ahora. 3) Lamentablemente el pedido se tardó MUCHÍSIMO, 1 hora, no porque se tardaran en realizarlo, sino por tener problemas con la plataforma de pagos vía cupones de descuento. Tristemente nunca me informaron del problema y me enteré personalmente por el Sr. Fernando que me explicó lo ocurrido y se disculpó. Hay que mejorar la comunicación con el cliente, informarle los inconvenientes antes de que ellos pregunten molestos qué sucede. 4) La hamburguesa excelente, no hace falta dar detalles sino probarla en persona. Volveré, esperando que esa vez ya hayan corregido ese único detalle en el servicio que resultó desagradable.

Las donas son buenísimas al igual que las bombas. Sin embargo el que pida una bomba rellena de crema pastelera se va a llevar una decepción ya que dista de ser la auténtica crema pastelera de "pastelería". Buen café. El servicio en el mostrador es bueno, las chicas tienen bastante paciencia con las exigencias de los clientes, sin embargo la cajera suele estar malhumorada. El ambiente no es muy bueno, tienen problemas de seguridad permiten la entrada de mendigos bastante impertinentes dentro del establecimiento, se recomienda pedir para llevar.

La ubicación excelente. Pedí un asado negro acompañado de un arroz con nueces que estaba estupendo. Con respecto a las entradas pedí un ceviche del día el cual sólo estaba acompañado de media tirita de plátano, considero que sólo lo colocan por estética nada más. La ración de tequeños de 8 sólo llegué a comer 2 y estaban SIN RELLENO (OJO con eso). Soy fiel creyente de que si se pide cerveza se debe servir en la mesa, se debe mostrar que se sirve lo que se pidió! Por último, el baño no tenía papel higiénico un pequeño detalle pero para un restaurante de este tipo es difícil pasar por alto. Me gustó mucho la atención, aunque los detalles con las entradas antes mencionadas se deben pulir, el plato principal se llevó el premio.

Excelente ambiente en la terraza, así como también el servicio. Aunque tendría que ver el restaurante un poco más lleno para opinar con base. La comida estuvo muy bien, tienen recomendaciones del chef por temporadas de cosecha. Las pizzas son estilo rústico y muy ricas, tienen 2x1 Lunes a Jueves. La única crítica constructiva es con respecto a las entradas, específicamente con el ceviche, más que una entrada "para picar" es una entrada para una sola persona. Recomiendo ampliamente el merengón de fresa como postre!

El ambiente se presta para una romántica cena a la "luz de las velas" bastante tenue la luz, sin embargo todo pierde encanto si los ascensores no sirven y tienes que entrar por una puerta trasera un poco desagradable. He escuchado quejas del servicio sin embargo no me pareció malo, pero tampoco resaltante. Carta de vinos amplia pero algo costosa. La comida me parece muy buena, lo más resaltante son los risottos tanto en sabor como en cantidad 100% recomendados, no tanto las ensaladas. No entendí por qué siendo un restaurante italiano tienen tan poca oferta en pastas (NO OFRECEN PIZZAS). Como tampoco la fama de su creme bruleé el cual probé y me pareció un rico postre de pastelería, pero nada más. Recomendable ir de noche y acompañado.

Las donas son ricas pero nada especiales, el chocolate es extremadamente fuerte al paladar. Comí una "rellena" de manzana que el 80% era aire y el restante era untado de mermelada. Deberían dejar de usar la palabra Nutella ya que usan Choconut que aunque es similar NO es lo mismo. Servicio lento, creo que lo peor es que son muy irregulares con el horario de servicio. Pueden cerrar tipo 6, 4, 2pm o hasta que hayan vendido lo consideran suficiente. O ni siquiera abrir.

Muy buenos helados y gran variedad, no quedarse en un sólo mostrador porque tienen otro con más variedad... Tienen helados cremosos y también los tipo sorbete para los intolerantes a la lactosa, recomiendo el helado de "crema catalana". Los muchachos son muy amables con la clientela, te dan a probar los helados que interesan y te asesoran en tu elección y combinaciones. El único punto en contra, el ambiente... Más que todo por su reducido espacio físico y la falta de mesas, tiene 2 ambientes, adentro del local y afuera hacia el estacionamiento el cual es muy reducido (4 puestos) por lo que es muy común tener que parar el carro en la calle, pero resguardado por el cuidacarros del negocio. Mi recomendación es: para llevar a tu pareja los días de semana, los fines de semana pedir para llevar, estar pendiente de conseguir puestos mientras la otra persona ordena.

El sushi es un fijo que nunca falla en este restaurante, siempre frescos, muy ricos y se entregan rápido, probar el Sushi Pizza. La atención amena aunque para entrar y salir debes pasar por barra y los empleados que estan detrás "ni hola ni chao". El estacionamiento es diminuto así que debes entregarle llaves al valet parking. Es excelente para una cita en la noche.

Una gran variedad de cafés y muy buenos, son de los pocos en Caracas que aún se esmeran en el "arte latte" que es el acabado decorativo de la espuma. No he tenido la suerte de probar las empanadas margariteñas porque VUELAN, precios algo elevados. El servicio está bien garantizado si te atiende "el gocho", los demás no son atentos y un poco maleducados. El ambiente no tiene mucho encanto, las mesas están al aire libre, suelen aparecer vendedores ambulantes y gente mendigando por las mesas. El baño es deprimente. Mi recomendación: sólo para un café casual