Franca es el lugar ideal para acompañar un café con una buena torta. Todas sus tortas, sin excepción, son buenas. El papelón es bueno, podrían prepararlo menos fuerte pero se deja colar. La relación calidad-precio es genial y además las porciones de las tortas llenan. Si buscas un sitio para hablar o sencillamente pasar una tarde, éste es el idóneo. Lo único malo es que a veces es muy concurrido, como los sábados en la tarde, y el ruido se torna un poco incómodo más el hecho de esperar por una mesa, así que mejor -en mi opinión- ir en las tardes entre semana. Además, venden café en granos o molido para preparar en casa al igual que las galletas que venden en frasquitos y te los dan con bolsa de regalo, ¡no tienen pérdida! Son muy atentos con el cliente. Vale la pena, ¡sí que sí!

El lugar se deja colar, de verdad que sí. Para salir un viernes o jueves en la noche, este lugar es el spot perfecto para ir con los panas. Conserva, pese a la crisis, una muy buena relación calidad-precio. Se pueden tomar los tragos en pecera y sale mucho más económico y rinde muchísimo. La pecera más grande estaba en 800 (para febrero de 2018), pero si vas con tus panas al momento de pagar no es nada. Además, el plato "De todito" para picar es excelente como acompañante sea cual sea la bebida que estés tomando. Los fines de semana el lugar es concurrido (a partir de las 7 u 8 pm). Es económico, no es caro y vale un montón la pena para pasar un buen rato, y si fumas, puedes fumar en las mesas de afuera del local. La música que ponen en el local también se deja colar (reggaetón y trap, la mayoría de las veces). Ahora bien, en cuanto a las hamburguesas -que son la especialidad de este local-, debo decir que dejan mucho que desear ya que son pequeñas. Así que si vas pendiente sólo de comer, no lo recomendaría aunque la mayoría de las hamburguesas son asequibles.

El mejor restaurante para comer carne y cochino. La carne baby beef punta es excelente además su corte es genial y llena enormemente (no viene con contornos). El ceviche sabe brutal y la presentación destaca. La ración de yuca es perfecta para acompañar los platos principales con una copa de vino. De entrada la ración de tequeños de yuca con queso nata es fenomenal, más una ración de pan con ajo. He de decir que las raciones para picar o tener de entrada son baratas así que vale la pena probarlas. La ración de chorizo montserratina es espectacular con la guasacaca y el picante. En cuanto a los cócteles, he probado mejores, pero la presentación de estos se aprecia. La limonada no tiene desperdicio al igual que el Drambuie, la mejor combinación que he probado on Whiskey y miel (vale después de comer o incluso incluso para acompañar). En cuanto a postre: no te vayas sin probar el Crepe ArteNut flameado porque es simplemente espectacular. La atención es genial, aunque a veces tener tantos mesoneros encima sofoca, pero no me quejo. En cuanto a los precios: no es caro ni barato. Vale la pena darse el gusto de comer bien acá.

Es un restaurante que no defrauda cuando se trata de comer en Galipán. Además, no es ruidoso como el resto de los demás locales. Es un restaurante anexado a una casa y en algunas ocasiones es atendido por sus dueños. Recomiendo la parrilla para dos personas, aunque pueden preparla mucho más grande si se les pide. Esta parilla viene acompañada de ccochino, morcilla, cachapitas pequeñas, papas versión snacks y chorizo. Pida un pico de gallo y picante, si desea, para acompañar la parrilla porque estos no tienen pérdida. Las chistorras son geniales para pedirlas como entrada al igual que la ración de papitas fritas. La jarra de sangría la recomiendo al igual que la copa de vino (vino galipanero), aunque estas dos últimas cosas no están en el menú. En cuanto a las sopas, vale la pena probar el cruzado (pollo y costilla). A veces no tienen todo tipo de cerveza disponible (en la mayoría de las veces tienen Ice). El mejor mojito de coco que he probado lo hacen acá (pídelo azul y con ralladura de coco, ¡tal cual!). La cachapa con queso guayanés y pernil merecen mención especial, al igual que los panes preparados con cochino. En cuanto a los precios: he de decir que las entradas y las raciones para picar sí son caras pero resto todo está acorde con la calidad de los platos, además, hay 2x1 en mojitos, de hecho son uno de los pocos locales que venden mojitos. En cuanto al servicio: a veces tardan un poco en servir.

Vale la pena para ir con unos amigos y pasar un buen rato entre tragos y una comida. No obstante, no todo lo que parece en el menú está disponible lo que es una pena, al igual que muchas tragos como algunos Ultimate, las combinaciones con Whiskey y los Martinis (esto me incomodó un poco porque era lo que quería probar). De hecho, la cosa es ya grave que pedí 4 hamburguessa BLT burger y me dijeron que sólo quedaba una .-. Primera vez que me dicen eso en un local. Me tocó pedir costillas en salsa Jack Daniels y la verdad no tiene desperdicio, llena muchísimo y sabe brutal. Pedí una ración de papitas fritas y aún las estoy esperando. Al momento de pedir cócteles no pidas recomendación a los masoneros porque algunos de los tragos que pedí sabían fatales y la presentación deja mucho que desear. De los tragos destaca el Ultimate Mudslide (35 mil Bs, btw). Al momento de pagar, si vas en grupo, no te dejes gritar ni poner caras porque el cajero se vuelve un ocho con la cuenta. Aún tengo la duda si la falta de clientela es por lo caro o por el servicio que deja mucha que desear.

No recomiendo comer en el lugar por lo inseguro de la zona. Vale la pena sólo para pedir desde casa y los precios aumentaron. Antes tenían promociones de 2x1... ya eso brilla por su ausencia gracias a la crisis.

Decepcionante. Solía ir un par de veces al mes porque lo consideraba la mejor opción de La Candelaria, hace unos años atrás, y tenía una buena relación calidad-precio. La última vez que fui, hace una semana, no tenían disponible ni carne se lomito, ni punta trasera. Me decepcioné muchísimo al ver que de pan con ajo sirven pan de Sándwich. El Montana Grill que conocí jamás hubiese servido algo así. Los frappés son una delicia (al menos), en especial el de limón. Las pizzas son hechas a leña y valen aún la pena (la marinera la recomiendo). La sopa de cebolla es buena al igual que la de mariscos. La ensalada César perdió su encanto: no tienen ni maíz para echarle como solían hacer antes. Los tragos han desmejorado muchísimo. La sambuca aterra como la sirven: en un vaso como si fuese un whisky y ni presentación tiene, los granos de café y el fuego como que también les escasea. La paella la sirven algo fría y los camarones brillan por su ausencia. No creo volver.

Solía ser un muy buen restaurante. Sus pasticho y pastas han decaído mucho. Otro local al que le llegó la crisis.

Un lugar ideal para tomar un par de birras, pedir al para picar y ya. La comida no es la mejor de la zona, y sus precios son algo elevados para lo que realmente ofrece el local.

Un lugar que era toda una referencia en la Candelaria de los años mozos. Antes al llegar te servían un consomé que generalmente era preparado con garbanzos. La comida de mar es la especialidad: la paella es una delicia pero hay mejores en la zona. Los camarones al ajillo no tienen pérdida al igual que el mero, pero sin caer en pretensiones. No es recomendable salir tan tarde del lugar porque La Candelaria de noche no es nada segura. Antaño, este pequeño local solía ser un icono y su barra no es la sombra de lo que era antes. Un lugar que ha pasado a ser muy modesto para esa Carabela de aquella Candelaria de la que ni rastros queda hoy en día.