Ordené un curry verde de pollo, venía acompañado de un tazón de arroz blanco. Me gusta comer con Hashi, y un arroz totalmente suelto no hace el trabajo. Tampoco el pollo cortado en dados mínimos, que obliga a usar el tenedor o volverse loco con los palitos. El sabor de este plato, nada especial. Los coquitos de salmón fueron mi entrada: ricos, crujientes y muy bien resueltos, pero la mezcla de sabores no es nada que no hayas probado antes. Una comida muy regular. Nada sorprendente.

Es básicamente un lugar para resolver sin gastar mucho. No esperes gran comida o esmerada atención. Sin embargo, voy frecuentemente y a veces para llevar.

Las tostadas especiales debes complementarlas con un topping de ensalada (pico de gallo) extra. Debes preguntar si hay tamales y no dejar de probarlos. Si no quieres comer frituras pide taco en lugar de tostada, pero el sabor no es el mismo y lo crujiente de las tostadas hace que valga la pena. No las pruebes si no hay guacamole porque no te van a gustar. El lugar no es agradable a la vista y hacer una larga cola podría hacerte renunciar, sin embargo, vale la pena hacer la vista gorda. Creo que es de las opciones más seguras para salir en la ciudad.

La comida libanesa es de mis favoritas. Ir al paraiso no tanto... Pero este restaurante bien vale la pena. Es un establecimiento sin ningún tipo de lujos, donde lo importante es la excelente calidad de sus platos. Cocina libanesa que difícilmente vaya a degustar en otro lugar. Atrévase.