No ha cambiado nada en años. La comida es buena para lo informal. Deberían poner atención a la visualización del fogón.

La comida es excelente pero creo que se pasan en las cantidades: parece que estuvieras degustando... El ambiente no es nada del otro mundo y muy pegadas las mesas.

Como un amigo me dijo alguna vez: la comida asiática es para no verla, ni olerla; simplemente degustarla. Este restaurante es un ejemplo típico. El servicio es aceptable, pero aunque soy amante de los animales, no me parece el disfrutar de compañía canina, da sensación de dejadez. Si se tiene este tipo de negocios hay que entender como debe de manejarse, Mención aparte para el joven que atiende en la parte alta: muy amable y explica los platos.

Altamente recomendable aunque no tiene mucha variedad. Las mesas son pequeñas, me da la sensación de un típico drugstore americano. Volveré de todas maneras.

El restaurant es pequeño pero con el estilo de los buenos de los 60, 70, 80. Cualquier plato que pida, le sabrá a gloria. La atención es buena aunque se "abollan" un poco con el stress del mediodía que siempre esta completo. El único defecto es que los comensales hacemos muchísima bulla y eso, a veces, ni nosotros mismos nos aguantamos...

Un lugar muy agradable para buenas tertulias y comer tipo degustación: me gustaron muchísimos el trío de hamburguesas y de cebiches. Como sirven el té, tengo que averiguar donde compraron esas tazas... Ampliamente recomendado.

Cuando entras (no fui a las mesas del sótano) confirmas que la generalidad de los asiáticos no tienen mu claro lo que significa el "comer visual". Los dueños son tan sencillos que hasta su perro es partícipe con los comensales y, como los árabes, reservan una mesa para su descanso o espera muy a lo familiar. Dejando ese punto de lado, degustamos comida que nunca habíamos probado gracias a la excelente atención de un chico muy criollo que hasta las costumbre autóctonas nos las explico, eso te hace sentirte muy bien atendido. Y luego llegó la comida, uhm deliciosa. Volveré sin duda alguna, pero más cómoda, algo así como en chancletas. LOL.

Físicamente es como cualquier establecimiento de comida rápida, pero realmente fue una sorpresa la variedad de salsas para las ensaladas. Todas muy ricas y bien presentadas. Tienen una especie de té refrescante con flor de jamaica, menta y otras yerbas que realmente relaja. De postre las crepres, es un punto a mejorar.

Que sabores. Cualquier plato te hace volar con los olores diversos y exóticos. Sumamente recomendado. La atención bien agradable. Lo mejor además de la comida: la música de fondo.

No ha cambiado para nada a pesar de la escasez... Variedad de pescados y mariscos así como de las recetas para presentarlos -solos o acompañados- de manera sencilla pero atractiva al "ojo" que te hace difícil seleccionar y te va a sobrar para "porla". La atención muy buena y sin caer en lo pesada. La mejor paella de los visitados en el 2014. La sangría... españolísima. Olé!