Este restaurante tiene altas y bajas en la calidad de su oferta gastronómica, sin embargo el choripan siempre lo logra; los tragos son, para el local y su ubicación, costosos (birras a partir de 2,5$), el servicio es normal y puede llegar a ser lento. El ambiente es rústico, con simpáticos detalles en la decoración, un espectacular asador, pero puede llegar a ser incómodo. Cuando hay bandas de música en vivo los mesoneros y comensales tienen que pasar a través del escenario. Es importante destacar que este local tiene una terrible deficiencia que le bajó una estrella: el baño, si, un solo baño para todos, sin papel, y frente al área de servicio, esto es un aspecto que deberían mejorar, ya que no están acordes con el local y sus pretensiones. A pesar de todo esto, por alguna razón el local atrae mucha gente adulta contemporánea que llena el sitio hasta el punto que se habilitan sillas altas en la acera.
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