Por fuera no hay indicaciones del restorán, ha no ser por una sutil bandera de Italia que se encuentra en la fachada de la quinta que aloja este espacio, con unas 15 mesas. La atención fue excelente, el servicio en la mesa muy bueno. Mesas vestidas con doble mantel y sillas también vestidas con tela de mantel. El meollo: la comida... Pedimos dos entradas, dos platos principales y dos postres. Las entradas buenas, especialmente la ensalada Ascugasi (ensalada césar con jamón serrano, decorada con capresa). La ternera empanizada fue el mejor plato de la tarde, una crema de genial sabor. La pasta ragú con hongos, estuvo buena. Los postres. El tiramisú tenía excelente sabor, pero pésima presentación en un envase plástico. La experiencia fue promedio, cero lujos, cero pretensiones, buena y honesta comida italiana.

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