Comerte un helado es, regalarle al paladar una mezcla de sensaciones. Por un lado los sabores y por otro la consistencia y la presentación. Divinos pecados te ofrece una gran variedad de sabores, algunos DELICIOSOS como el de tres leches, otros no tanto como el de chocolate. Pero la presentación y consistencia ha desmejorado mucho y los precios son elevados para un helado que realmente no lo vale. El servicio es decente, y el ambiente está bien chévere, pero si está muy abarrotado, sentarte en las mesitas frente al McDonald's allí en el Centro Plaza.