Volví a la siempre satisfactoria Pastelería Tivoli, extrañado porque esta vez fue muy fácil escoger, hacer mi pedido y pagar, no duró mucho, porque súbitamente llegó como una multitud frenética a pedir dulces y salados, afortunadamente el servicio está acostumbrado a esas lides. Aunque se recomienda pedir para llevar, ahora tienen espacio con mesitas altas para devorar los dulces y seguir. Todos los dulces y tortas son frescos y se esfuerzan en mantener la calidad, ahora también ofrecen café de las máquinas de la transnacional suiza. Mis favoritos son las tartaletas de fresa o mora y los Cabolini que hacen una excelente combinación.
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