No conocíamos este magnífico rincón caraqueño en el San Ignacio, y quedamos muy satisfechos. La atención es excelente y la comida muy variada. Volvería. Los cócteles muy diversos y módicos precio
La verdad lo que aprecio es el ambiente, pero creo que hay una absoluta desproporcionada relación precio-valor-calidad. No dudo que algunos platos se consideren buenos, pero la cantidad de las porciones es una burla. Lo llamaría un abuso a la inteligencia del ser humano. Como puede ser posible que los taquitos no creo que le llenen el estómago ni a un bebé. Ni un plato infantil llega a eso. Dejarse abusar así, cuando te cobran por un bocadito casi el precio de un plato de comida completa. También en el servicio hay fallas. Una tasa de café que le sirvieron a mi madre tenía pintura de labio. Y al llegar la comida no habían puesto las servilletas. Pura pinta. Lo siento porque el lugar es bello y el ambiente también. Por cierto con esos precios ya pudieran haber remodelado los baños.
Fui con una expectativa tal vez alta o diría normal, por el tema asociado a comida típica, pero no me agradó que para desayunar no había platos de desayuno, solo pasteles, empanadas, arepas, lo cual no dudo sean opciones que las hay en muchos lugares, pero el hecho de que para desayunar no hayan platos no me cuadra. Al final me dieron la opción de armar el criollo pero me cobraron por separado como raciones y eso no es nada conveniente. Además la presentación del plato debe mejorar. La atención fue buena.
Brigitte Cafe y Bar
No conocíamos este magnífico rincón caraqueño en el San Ignacio, y quedamos muy satisfechos. La atención es excelente y la comida muy variada. Volvería. Los cócteles muy diversos y módicos precio
Manifiesto
La verdad lo que aprecio es el ambiente, pero creo que hay una absoluta desproporcionada relación precio-valor-calidad. No dudo que algunos platos se consideren buenos, pero la cantidad de las porciones es una burla. Lo llamaría un abuso a la inteligencia del ser humano. Como puede ser posible que los taquitos no creo que le llenen el estómago ni a un bebé. Ni un plato infantil llega a eso. Dejarse abusar así, cuando te cobran por un bocadito casi el precio de un plato de comida completa. También en el servicio hay fallas. Una tasa de café que le sirvieron a mi madre tenía pintura de labio. Y al llegar la comida no habían puesto las servilletas. Pura pinta. Lo siento porque el lugar es bello y el ambiente también. Por cierto con esos precios ya pudieran haber remodelado los baños.
Bucare
Fui con una expectativa tal vez alta o diría normal, por el tema asociado a comida típica, pero no me agradó que para desayunar no había platos de desayuno, solo pasteles, empanadas, arepas, lo cual no dudo sean opciones que las hay en muchos lugares, pero el hecho de que para desayunar no hayan platos no me cuadra. Al final me dieron la opción de armar el criollo pero me cobraron por separado como raciones y eso no es nada conveniente. Además la presentación del plato debe mejorar. La atención fue buena.