De Edgar Leal se ha dicho tanto. Desde Caracas a Miami con Cacao, a Caracas de nuevo. Este sitio emblema de las Mercedes por su antecesor, me gusto! No es para dar mortales pero fue una experiencia buena y repetible. Lo primero, la atención! 21 puntos! Excelente como no veía desde hace años en esta ciudad. El ambiente muy neutro con toques de color y el mobiliario muy sobrio. La terraza un plus, pero no hizo falta porque adentro es ruidoso (vivo) como debe ser un buen comedor. Es terrible comer en un claustro con los ángeles pasando! La música del local es obviamente del Ipod de Edgar (pura música de su y nuestra época). Llegamos entonces a lo que importa: De entrada, Lumpias de Pato y Carpaccio de Papa. Simples y perfectos! De segundo Risotto Nero (me gusta más el de Café Milano en Ocean Dr, Miami) y Salmón con Risotto de Vegetales, delicado y sabroso. El vino fue Altos de las Hormigas, un Argentino que siempre queda bien. El Postre de excepción: Torre de Chocolate!!! no deben perdersela. Edgar salió del fogón y como siempre muy afable! Le deseo larga vida a éste, el Restaurant que lleva su nombre!

Ha podido ser un gran lugar por el sitio donde está (donde nada vale la pena y todo restaurant ha fracasado), pero no. No tiene "hambre" de marcar la diferencia. Una lástima! Empezamos como siempre por el principio. La mesa fue reservada y al llegar no estaba armada...mal síntoma. El Pan frio, media canilla picada en una canoa blanca (terrible presentación) y mantequilla con pimienta en polvo??? La Ensalada de Higos y Queso de Cabra y el Tartare de Lomito, para el olvido; presentados muy mal y el Tartare rodeado de papas fritas de bolsa en un plato donde no caben. Los Lomitos secos! La cocina a la vista refuerza aun más la sensación de ineptitud...al menos si te van a ver, lúcete! De segundo plato, unos Lomitos a la Bearnesa con papas Vis a Vis salvan lo que iba a ser un fiasco! Buen término y las papas (vis a vis) con cebollas caramelizadas, muy sabrosas. Una inconsistencia de un plato al otro que confunde! La corvina con risotto de vegetales, bueno! De los postres ni hablemos, malos con alevosía! Regresar?...no lo creo!

Empecemos por el principio: El Altamira Suite es como un sitio detenido en el tiempo! y el Restaurant de Helena no escapa a eso (aunque la terraza a la piscina le da un toque sabroso al sitio). Ahora, nada de eso importa cuando arrancas con tequeños de queso e cabra, empanaditas de cazón y el incomparable topocho con ceviche y salsa de cilantro, todo acompañado con una salsita de papelón mundial y una picante. Una bebida que Helena nos trae nos sorprende, es la combinación de Ron y Tomate de árbol, Refrescante! Luego pescado blanco en salsa de naranja con caviar (mentiroso): huevas borrachas de soya! Más adelante la estrella de la tarde: pedazos de carne que se desintegraban en la boca con salsa de bachaco culón! simplemente "celestial". Concluye este festín digno de un Sultán con esta "grosería" de postre: Sol negro de naranja rellena con mousse de chocolate perfumado con naranja y teja de turrón! No hay más nada que agregar... las manos de Helena deben declararse Patrimonio de la Nación, y la pasión de los ciudadanos de su cocina debe ser conservada en frascos y vendida a los venezolanos para que las cosas sean tan perfectas como aquí en Palms!

Empecemos por el baño con un piso de granito rosado, flores, decorado al estilo de toda la casa. El ambiente de Antigua para desayunar es maravilloso, con entradas de luz natural y lo acogedor de las sombras que dan los muebles abarrocados. Los colores marrones, ocres y cardenal prevalecen. Cosas no tan buenas? El servicio de mantenimiento! Raspados en limpiar las copas que se le cayeron a un mesonero y en el olor del baño. Da la impresión en el servicio, que hay mucho novato; incluso en Caja. La cuenta vino mala 3 veces! En cuanto a lo que importa, muy bien: Las arepas exquisitas, los Benedictine con prociutto ricos (necesitaban estas más calientes, pero de gusto muy bien), jugo y café bien hechos. Las tocinetas son perfectas! (nadie sabe hacer tocinetas en Caracas, o son grasientas o aguadas.). En conclusión, con detalles en el servicio, Antigua es una opción deliciosa para desayunar o brunch.

Sólo dos cosas son malas en este sitio: El Valet Parking no está identificado y uno no es adivino para saber que el señor de franela sin logo y con "koala" no es Guardaespalda ni Choro, sino quien gentilmente estacionará el auto. La otra es la Marquesina! Es fea y con unas luces "navideñas" que seguro desde hace unos dos años no quitan. Por lo demás, excepcional. El Chef Nestor Lefeld lo hace muy bien! La Degustación de Quesos criollos muy sabrosa, especialmente con la combinación de un Chutney de Caqui (fruta igual al tomate pero que sabe a nispero, oriunda del Edo Aragua). El Magret de Pato en salsa de Caqui es delicioso, acompañado con Puré y Vainitas con ajo. La presentación impecable en barriles tipo calderos. De postre, una especie de Merengue de Papelón con rayadura de Chocolate y Serrapia; y la Torta de Chocolate y Ron. Todos los ingredientes son locales y artesanales, a excepción del Aceite de Oliva y algunos licores, lo que le da su carácter original a la Denominación de Origen en su nombre (DOC). El decorado es sin poses y sobrio con un techo de madera y detalles en hierro forjado. Sillas y mesas cómodas. El servicio bueno pero algo lento para la hora (mediodía). No visité el baño, pero cuando repita (que seguro lo haré), comento. En conclusión, junto a Alto, de lo mejor por la zona. Es caro, pero lo vale! (nota: el café es extraordinario gracias a la selección manual de los granos y el "crafter" del negocio vecino).

El sitio es como una "lonchería japonesa". Empezando que comparte personal de Valet Parking con el Restaurant Planta Baja pero no identifica el servicio afuera, por lo que estacionarse es un tema como en todos los locales de los Palos Grandes. En cuanto al ambiente, el local es incongruente. Un piso de granito manchado y descuidado que podría ser un espectáculo si lo pulieran. Paredes de mecate, que deberían aportarle la parte "órganica" al sitio, pero que contiene fotos de ciudades que no tienen nada que ver con el estilo de la comida. Los muebles no contrastan en color (pálido en este caso) con el decorado. Una TV con Meridiano Televisión sintonizado que no tiene sentido. La comida es de normal a regular. Los Edemames Picantes que ordenamos no los sirvieron y nos avisaron tarde que no había (y los cobraron, por error de la caja). Tempura de Vegetales con rebosado crujiente, Wok de Lomito bueno y con buena salsa. Pollo al Curry...ok! La vajilla es blanca y poco atractiva, pudiendo tener más personalidad en armonía con la cocina que pretenden servir: Thai. El baño terrible como todos los restaurantes de Venezuela y el Aire Acondicionado caluroso y ruidoso. En conclusión, un sitio con potencial, si le pusieran cariño a los detalles en este órden: Ambiente, Servicio y Comida.

Empecemos por ser un Restaurant de comida Libanesa con nombre de Pizzeria. Esto denota a buen humor o WTF! La comida es estandard, el servicio también y el ambiente no muy de agradar en cuanto a mobiliario, decoración. Caluroso! Una alternativa si no se quiere ir a Damasco (unas calles más allá) y más solidario.

Empezando por el estacionamiento (que no existe) pararse en la calle no es opción en una ciudad como esta. Saltando ese detalle, y que en la entrada el "anfitrión" hablaba con un mesonero ignorando que estábamos allí, el sitio es excelente! La mesa no estaba totalmente armada y un mesonero no sabía que era "sparkling", de igual forma la terraza es muy amena y fresca en la cena. La atención mejora en la medida que ordenas la comida y llegan las mini entradas: helado de albahaca, crema de auyama, sampling de arepita de Reina Pepiada. El Ceviche con Puré de Batata y Espuma de Guanabana y el Jamón de Atún con Quesode Cabra y Puréde Aguacate, exquisitos! Los principales de Atún con Cacao y Plátano, y el Pescado con Arroz "Pegao" excepcionales. De postre la recomendación se llama Medano de Coro (Espuma de dulce de leche delicada con trozos de coco y dulce de lechoza) ... marciana!!! Y la otra es Merienda Alto (Golfeado miniatura con helado de Queso de Telita). El precio EXAGERADO...pero lo vale! De lo mejor en menú, ambiente y atención (aunque ésta última debe darsele doble check, especialmente en los Capitanes). Nota: El acabado del baño es terrible. Una falla común de los Arquitectos venezolanos junto a los estacionamientos.